Plantas

Estoy disfrutando con mis plantas.
Me gusta contemplarlas, ver cómo poco a poco van surgiendo las flores. Me parece un proceso bonito y curioso.

Me pasé semanas con la intriga de saber de qué color sería una de ellas. 
Tan cerrada estaba que era imposible intuir lo que había en su interior. 

Me llevé una alegría cuando un día me asomé a la terraza y vi que uno de los capullos se había abierto un poquito y se intuía un color rojizo. 
Unos días más tarde iban abriéndose todas las flores y la jardinera iba cogiendo color, alegría y hermosura. 

Lo veía en las plantas pero a la par pensaba en las personas. 
Si se disfruta viendo la transformación de una flor ¡qué decir cuando se ve una lágrima transformada en sonrisa!

Hay que trabajar por ello, por ese jardín que Dios quiso, no a nuestro antojo sino como Él lo pensó. 
No manipulando sino dejando crecer a cada persona siguiendo su proceso natural. No podemos pretender que una margarita se transforme en roble ni sacar naranjas de un peral.
Mucha hermosura oculta hay que por un motivo u otro se la impide crecer.
Pero no es tarea imposible.
Aquel que dijo de sí mismo que era Camino, Verdad y Vida, es también fuente de Agua viva, un Solete y un perfecto podador.
💦🌞✂️

Si no nos separamos de Él, si le dejamos trabajar, en un tiempito veremos un jardín florido y hermoso.

Me asomo al Belén: Los abuelos

Me asomo al Belén…
Y este año me fijo en dos figuras que nunca antes había puesto: Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús están  entre los vecinos del pequeño pueblo.
Su nieto va a nacer. Es posible que tarden en verle pero su cariño y todo su amor ya está con ellos. 
Pocas relaciones hay tan hermosas como la de los nietos y los abuelos. Es una relación que hay que cuidar muchísimo.

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Servir, sí, pero no de cualquier forma

Gasa y alcohol cogió mi marido para curarse una mini herida que se había hecho. Sentada estaba yo a su lado leyendo un libro de Dolores Aleixandre: «Esta historia es mi historia»
Absorta estaba en la lectura cuando oigo un ….. «vaya , se me ha olvidado la tirita». Pensé :  pobre, que faena, con la rabia que da cuando se te olvida algo y hay que levantarse a por ello . Pero luego cambié mi pensamiento por un : en cuanto termine este párrafo me levanto y se la llevo.

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