Cenamos con unos amigos. En los postres tomamos café. Fui al salón a buscar las tazas y me quedé mirando la vitrina. Conté 4 juegos de café, treinta tazas en total.
Me vino a la cabeza una frase que leí hace poco.
“Vive más sencillamente para que otros puedan, sencillamente, vivir.”
Me quedé pensando. Cierto es que una es hogareña, me gusta la casa, reunir gente , pero………. ¿realmente necesito 30 tazas de café?.
Pensaré en la frase, en lo que realmente necesito y los demás lo compartiré con personas que conozco que están pasando necesidades o lo donaré para algún rastrillo.
Me quedaré con un juego de café y si alguna vez necesito más de 8 tazas ……… pues ya le pediré prestadas las tazas a la vecina, a un familiar, a algún amigo, que pidiendo se comparte y compartir enriquece.