¿Hoy para comer? Pollo con verduras.
Pongo en la sartén: zanahoria, pimiento, cebolla, champiñón.
Mucha cebolla
Mucho champiñón.
O eso creí yo.
Todo a la sartén con aceite y algo de sal.
Pongo el fuego y aprovecho para ir haciendo otras cosas.
Regreso. Miro como va y me quedo sorprendida.
Pensé que había echado mucha verdura pero compruebo que, cebolla y champiñón, habían menguado.
Me río. Pienso en la confesión.
Por un instante me siento como el champiñón. Después de confesarte parece que has menguado de tamaño. Estás como más ligero
Agua suelta aquél. Lo que no está bien, se comenta al confesar.
Al calor del fuego, «champi» se queda con su esencia, una, con la paz tan necesaria para seguir camino.