
No puedo empezar el día sin Ti, amigo, compañero
¿Huésped? ¿Huésped del alma?
¿por qué te llaman así? No lo entiendo.
Mi casa, es la tuya.
habitas en ella tanto como yo.
No eres invitado, si acaso:
Dueño, Señor, Anfitrión.
Eres libre de andar ¿volar? por mi alma
Puedes encender la chimenea,
prender fuego si quieres,
En verano, no sé yo,
pero vamos, libre eres.
Pasea, descansa, revolotea.
Haz lo que quieras.
No te quedes en la puerta.
Hasta el fondo,
hasta la cocina, puedes pasar.
Acomódate en mi casa
que también es tu hogar.
Desde ahora, por siempre,
te puedes quedar.
Sé bienvenido
amigo, compañero,
dulce guía de mi alma.