
Leo : » …. y las rosas florecieron en la nieve»
Me pareció una expresión muy bonita y poética según lo leí pero luego pensé ¡qué desperdicio!
¿A quién se le puede ocurrir plantar una flor en un sitio en donde lo más seguro es que nadie la vea y aprecie?
Casi me arrepentí de mi pregunta según la formulaba pues de inmediato pensé en Dios y en toda esas flores llenas de belleza en forma de personas que ha plantado en tantos y tantos sitios y que nadie parece ver ni apreciar pero que, como las flores, ahí están en silencio, poniendo con su presencia color y alegría en medio de tantas situaciones con espinas que se clavan y duelen.
En la nieve, en un jardín, en un jarrón. No importa donde esté la flor, cualquier flor por muy humilde que sea. Sola o acompañada siempre es hermosa
Lo es la rosa, el clavel, el gladiolo, la margarita… y todo aquel que, como ellas, tan solo con su presencia hacen agradable la existencia de los demás aunque, tal vez, solo lo aprecie Dios.